El año pasado fue la primera vez que asé los piquillos en casa y realmente, están mucho mejor que los que compramos en las tiendas, merece la pena. Cómo quedan muy bien y resulta mas fácil pelarlos, es con un soplete quemando bien la piel pero, no todos tenemos este instrumento en casa.
Precalentamos el horno a 230º. En una bandeja, ponemos un chorrito de aceite, los piquillos bien limpios y les echamos un chorrito de aceite por encima y un poco de sal. Tienen que estar sólo 15', porque sino se harán demasiado y se desmenuzarán. Luego los metemos en una bolsa y esperamos que estén fríos para pelarlos, se les corta la parte del rabito y les quitamos las semillas. Hay que tener algo de paciencia¡¡¡
Para que os duren mas, cubrirlos con aceite de oliva dentro de un tarro.
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